¿Aceptas el compromiso de ser verdadero?

Siempre, he tenido tendencias distintas a las de mi medio (y a las generales, a decir verdad).  Desde chica, mis ideas y sueños distaban mucho de los que eran los normales para la época y el lugar.   Esto generaba críticas, burlas, resistencias, juicios y bromas, que me producían dudas, enojos y dolor.

Acercándome a la treintena, reconocí que era diferente y que eso no cambiaría, ya que era mi naturaleza y la respetaría.  Involucraba que también admitía los efectos que acarreaba.  Si los demás me señalaban o apartaban, así sería.  Tracé una raya imaginaria: a partir de ella, iba a ser fiel a mi esencia, sin importar lo que sucediera.

abrazo a sí

Quemando las naves, solo podía adentrarme en territorio desconocido y hacer frente a lo que fuera.  Fue un momento decisivo y fundamental para mí.  La vida es una paradoja.  Cuando uno acepta las peores consecuencias, ya no hay consecuencias malas.  Desde ese momento, no hubo grandes problemas.

¿Por qué cuento esto?  Porque estoy observando este obstáculo en muchas personas.  Están despertando a otras posibilidades y no encuentran la forma de transitarlo.  Algunas luchan contra su entorno porque no las entienden.  Otras, buscan convertir a todos a su nuevo paradigma.  Otras, se esconden y sufren.  La mayoría busca aceptación siendo y haciendo lo que los demás no aceptan… contrasentido doloroso…

Necesitar aprobación es una conducta infantil, derivada de la relación con nuestros padres.  Como adultos que somos, la única aprobación que necesitamos es la nuestra.  Y esa es la que verdaderamente nos cuesta.  Lo que sucede afuera es una expresión de lo que sucede adentro, ya que las contradicciones internas acerca de ser “normal” o incorporar una nueva posibilidad es el quid de la cuestión.

Cuando aceptamos y resolvemos la contradicción, cesa la lucha en ambos lados.  Podemos ser y expresarnos sin necesidad de imponernos ni defendernos.  Es un fluir entre el adentro y el afuera.  Obviamente, no es de una vez y para siempre.  Estamos evolucionando constantemente, así que surgirán distintos momentos de crecimiento y confusión y deberemos transitarlos con la gracia e integridad que podamos.

En el fondo, se trata de un auténtico compromiso con el despertar.  Si decimos que deseamos ser verdaderos y hacer un mundo mejor, debemos encarnarlo en la realidad diaria.  ¿De qué sirve leer, hacer talleres y declamar acerca de la Luz y el Amor si no lo ponemos en práctica con nuestra familia, amigos y compañeros de trabajo?

Eres el cambio que esperas.  Responde por ello entonces.  Cuando pones conciencia en tus pensamientos, emociones y relaciones y buscas la armonía y el mayor bien para todos, propicias ese cambio que anhelas.  Es la tarea diaria.  La transformación no se alimenta de grandes gestos heroicos, sino de pequeñas acciones cotidianas, plenas de sentido, afecto y alegría.  Acepta tu esencia e ilumina tu entorno amablemente.

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