Siguiendo un post anterior, una forma de “engañar” a la química cerebral cuando no tenemos ganas de hacer algo o nos cuesta enfrentar una situación es RECORDAR un momento en que pudimos y sentirlo, traer las emociones, los pensamientos, la actitud, para ayudarnos.
De nuevo, hacemos esto para lo malo todo el tiempo pero raramente para lo bueno. Nos frenamos acordándonos de los errores del pasado, nos asustamos con los desastres del futuro en lugar de traer los aciertos y logros que también tuvimos. Depende de nosotros…
Otra manera es poner al cuerpo en una actitud que nos ayude. Por ejemplo, si tenemos que limpiar la casa y lo tomamos como una carga, seguramente nos sentiremos cansados o molestos. Sería mejor poner una música que nos guste, dedicarnos a bailar alegremente un ratito, buscando energizarnos, y luego ponernos en acción, con la música de fondo. Si debe ser hecho, mejor que sea con una buena actitud. Si no lo conseguimos, por lo menos seamos neutros, imparciales, no le agreguemos pensamientos que nos debiliten y lo hagan peor.