“¡Qué gran desperdicio este paradigma de m… en el que vivimos!”: esto es lo que le dije a un par de consultantes estos días, luego de despejar errores de concepto sobre ellas mismas. A propósito de lo que venía escribiendo acerca del cuerpo, corroboré cómo esta enorme importancia que le damos a la mente no sirve nada más que para frustrarnos, equivocarnos y atormentarnos.
Ambas tenían configuraciones muy corporales, de mucha acción, de escuchar sus tripas o su intuición pero, OBVIAMENTE, no lo hacían. ¿A qué atendían? A sus mentes, a sus obsesivas, inseguras y condicionadas mentes. Así, se perdían de las decisiones confiables y adecuadas que le podía dar el cuerpo, porque creían que esas pequeñas mentes les podían ofrecer mejores resultados.
Por eso, creo que es un desperdicio de vida, de energía, de posibilidades, de esperanzas, de entusiasmo, el seguir enredados y confiando en una mente que jamás nos brindará lo que estamos buscando, porque jamás está en el aquí y ahora, conectada a lo que verdaderamente somos y sucede, a la presencia luminosa del Ser.
2 comentarios
Tanta razón querida amiga, para la mente es difícil estar en un presente..
Estoy empezando a compartir estos temas por las redes sociales, dando tu autoria porsupesto
Gracias!!
Muchas gracias, Diego! Es la gran clave para vivir en plenitud: dejar de llevarnos por la mente y escuchar al cuerpo.
Un cordial abrazo.