¿Cómo se siente estar “aquí y ahora”?

Todos los que nos dedicamos al desarrollo personal y/o profesional hacemos énfasis en “el poder del ahora”, pero pocos comprenden qué significa y cómo se siente.  Voy a usar mi propia experiencia para exponerlo.  Hace años, comencé a darme cuenta de los beneficios de estar presente luego de tomar conciencia de ciertas características de mi personalidad que me torturaban: exigencia, perfeccionismo, ansiedad, impaciencia… una joyita.

Estas “cualidades” se evidenciaban en:

–      Diálogos internos constantes, llenos de reproches, juicios, denigraciones, comparaciones y muchos etcéteras iguales de encantadores.

–      Temores acerca del futuro, ideando incesantes y  múltiples conversaciones y planes alternativos en caso de que sucediera esto o aquello o esto otro.

–      Recriminaciones sobre lo que debía hacer dicho o hecho; revisiones de mis acciones pasadas buscando equivocaciones y omisiones; culpas enormes acerca de ello, con sus consecuentes castigos.

–      Victimizaciones dramáticas en las que me veía como lo último del mundo, la más fea, la más mala, la peor.

–      Interacciones difíciles con las personas, por mi necesidad de que las cosas se hicieran rápido y perfecto.

–      Psicomatizaciones de toda clase y color, acarreando una cantidad de medicamentos encima para paliar indigestiones, acideces, dolores varios, baja presión, rinitis, etc.

¿Crees que exagero?  Obsérvate durante un día y verás que no.  El basurero que es nuestra mente es insondable y oscuro, lleno de restos fermentados y reciclados una y otra vez.

libres

Para colmo, la relación con mi cuerpo era pésima.  O lo olvidaba y vivía en mi mente o bajaba y sufría.  En este estado, me decidí a hacer una formación en Integración Cuerpo-Mente y mi vida cambió.  Entendí la importancia del cuerpo y su interacción con la mente y aprendí a interpretar sus mensajes y pedidos.  Y,  sobre todo, comprendí que sólo se puede vivir en el aquí y ahora estando en el cuerpo, no en la mente, porque sólo él está presente.

Esta noción de “presencia” fue fundamental, ya que experimenté el enorme poder y la plenitud que se siente al estar firmemente enraizada en lo físico, en conducción de la mente y en conexión con el Ser interior.  Cuando vivimos llevados por las culpas del pasado y las ansiedades del futuro, no podemos apreciar las maravillas del momento, las oportunidades que se abren constantemente para transformarnos, para conectar con nuestra esencia y permitirle desplegarse en el mundo.

Una de las cosas que más me impactó en este cambio fue sentirme liviana y descansada.  No me había dado cuenta de la cantidad terrible de energía desperdiciada en elucubraciones mentales sin sentido ni propósito.  Era como llevar una mochila de veinte kilos, cargando  con las frustraciones de mi vida y la de los demás (porque, no estando en conciencia de la propia existencia, se vive la de los otros también).

Es sorprendente cómo agota y trastorna el no estar totalmente presente en cada acto.  Hablamos con alguien pero nuestra mente está en otro lado o tiempo.  Realizamos algo mientras pensamos en lo próximo que “tenemos que” hacer.  Caminamos, cocinamos, trabajamos, conducimos mientras nos castigamos por el pasado, nos adelantamos temerosamente al futuro y nos exigimos ser perfectos y buenos.  ¡Qué desgaste!  No es de extrañar que estemos destruidos al final del día.

 

¿Cómo terminé sintiéndome fresca como una lechuga?  Cuando aprendí a:

–      estar integralmente conciente de mí y de mi entorno;

–      conducir mi mente y manejar mis emociones;

–      liberar cada acción a su resolución, sin intervenir neuróticamente;

–      respirar y sentir mi cuerpo;

–      pasar de un momento a otro, con fluidez y desapego;

–      confiar en la sincronicidad;

–      aceptarme y amarme en cada instante así como soy aquí y ahora.

Si quieres profundizar acerca de esto, haz el Curso gratis o estos por Internet.

 

Estamos llevados de la nariz por una mente repetitiva y mediocre, conducida por el Ego.  Somos seres espirituales, en una experiencia humana, increíblemente variada y múltiple.  No nos perdamos esta caleidoscópica oportunidad y vivámosla en la profundidad de este instante.

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4 comentarios

  1. tomo lo de la sincronía como lo mágico de la vida y se me pone pesado el cuerpo, la mente y hasta el espíritu, si se pudiera decir eso, cuando no estoy aquí y ahora. no engancho sincronicamente en esa forma dispersa y neurótica de creer que estoy y soy. resulta que ni estoy y menos soy. que bien encontrar “ahora” esta temática.

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