Con espíritu navideño

Caminaba por la av. Cabildo y presencio esta escena al pasar: un viejito muy elegante comía en una mesa a la calle, con parsimonia y placer, cuando otro viejito (un poco más joven) se acerca y le acaricia la cabeza, preguntándole: “¿Te gustó la empanada? Yo te invito”. Y me dio una ternura infinita… Esas pequeñas cosas me alegran el día…

colores en cuadro

Caminando por la av. Cabildo, presencio esta escena al pasar: un viejito muy elegante come en una mesa a la calle, con parsimonia y placer, cuando otro viejito (un poco más joven) se acerca y le acaricia la cabeza, preguntándole: “¿Te gustó la empanada?  Yo te invito”.  Y me dio una ternura infinita…  Esas pequeñas cosas me alegran el día…

Comparte:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

captcha

Sobre Diseño Humano

No te pierdas ninguno.

Suscríbete al boletín semanal

Recibe un email semanal con consejos, reflexiones y recursos, directamente en tu casilla de correo.

Categorías

Sígueme