De discos llenos y aperturas confiadas

Tengo el disco duro lleno y no me entra más información. Es una cuestión de confiar...

Charlando con un amigo, le digo que ya no puedo leer, que tengo el disco duro lleno y no me entra nada más.  Se ríe y me contesta: “Yo también, y la mitad de lo que hay tiene virus”.

He sido una lectora voraz hasta hace unos años.  Desde que aprendí a leer, no he parado y, siendo una curiosa diletante que se interesa por todos los temas, no he perdonado ningún medio ni posibilidad.  Pero, llegó un momento en que se acabó.  Por más que me resulte atractivo, no sostengo la lectura.

 

leyendo

 

Creo que, en gran parte, tiene relación con la necesidad de hacer síntesis personales, de dejar de tragar/recibir/asimilar/absorber/consumir para dar/apropiarse/restaurar/crear.

Por otro lado, como dijo mi amigo, los tiempos (y nosotros) hemos cambiado tanto que mucho de lo que devoramos ya no sirve o está equivocado o no funciona.  Tenemos que diseñar lo nuevo y, aunque haya información acerca de ello, debemos encontrar nuestra propia forma de concretarlo y que actúe en la vida cotidiana.

De alguna manera, lo que necesito saber, me llega; lo que puedo dar, me surge; lo que debo vivir, aparece.  ¿Qué te está pasando?

Comparte:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

captcha

Sobre Diseño Humano

No te pierdas ninguno.

Suscríbete al boletín semanal

Recibe un email semanal con consejos, reflexiones y recursos, directamente en tu casilla de correo.

Categorías

Sígueme