Es un círculo vicioso, Nora, lo que decís: no tenés que dar nada para recibir. Uno da lo que puede, lo que quiere, lo que es, lo que hay… o no da porque cree que es lo mejor en determinada situación (leé “La mejor ayuda”). En nuestra infancia, asimilamos que dando o “salvando” a los demás obteníamos atención o cariño o reconocimiento. Y, secretamente, esperábamos que ellos hicieran lo mismo con nosotros. Es la estrategia de la Niña Interna. Como adultos, debemos darnos cuenta de que ya no sirve más y que debemos ocuparnos de nosotros mismos, redescubrir nuestro poder de ser y de hacer lo que deseamos. Así, el recibir vendrá solo, sin esperar.
Te mando un cariñoso abrazo.
4 comentarios
estoy en el salvador de los demás, que tengo que dar para recibir…me caigo cuando doy yno encuentro nada que he recibido
Es un círculo vicioso, Nora, lo que decís: no tenés que dar nada para recibir. Uno da lo que puede, lo que quiere, lo que es, lo que hay… o no da porque cree que es lo mejor en determinada situación (leé “La mejor ayuda”). En nuestra infancia, asimilamos que dando o “salvando” a los demás obteníamos atención o cariño o reconocimiento. Y, secretamente, esperábamos que ellos hicieran lo mismo con nosotros. Es la estrategia de la Niña Interna. Como adultos, debemos darnos cuenta de que ya no sirve más y que debemos ocuparnos de nosotros mismos, redescubrir nuestro poder de ser y de hacer lo que deseamos. Así, el recibir vendrá solo, sin esperar.
Te mando un cariñoso abrazo.
me gusta ayudar porque me doy cuenta que soy sanada en mi misma igualmente y que esa capacidad hace que el otro la reciba y la recuerde en el mismo
Marissa, si lo haces desde esa consciencia, es maravilloso.
Besos.