Enraizado (un ejercicio para soltar tensiones y confiar)

No te pierdas una simple ayuda para días difíciles.

Están sucediendo movimientos (que, a veces, son paradas o retrógrados) que nos afectan y sensibilizan. Estos días, como buena ariana, ando volátil así que, para mí y para otros que puedan estar así, comparto un sencillo ejercicio para soltar tensiones y enraizarnos. Esto significa poner paz en la mente y comprender que, al igual que los árboles, el verdadero arraigamiento, seguridad y confianza comienza en los pies, sigue por el tronco y finaliza en la cabeza (no al revés). Espero que lo practiquen porque seguramente les servirá. Aquí va.

• Sentado o parado, como prefieras:

• Junta o entrelaza las manos, estira los brazos lo más adelante que puedas y baja la cabeza; elonga la espalda placenteramente.

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• Estira hacia arriba, abriendo las axilas. No te olvides de respirar.

• Inclina un poco el torso hacia la izquierda y la derecha, como si quisieras desprender la cintura. No te fuerces ni exijas tu cuerpo: hazlo suave y agradablemente.

• Junta las manos atrás y estira los brazos, abriendo el pecho.

• Estira las piernas, primero con los pies apuntando al frente (con lo que elongas la parte anterior) y luego con los pies para arriba (con lo que estiras la parte posterior).

• Golpea el piso con los pies unas cuantas veces, liberando el resto de las tensiones y conectándote con tu cuerpo y tu energía.

• Bosteza ampliamente (si puedes, exhala con “ruido”, ¡descárgate!), o haz gestos con la cara, abriendo grande la boca.

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• Continúa parado (con la columna derecha y los pies bien asentados en el piso) o siéntate cómodamente: los pies separados, apoyados en el suelo, la espalda recta (no rígida), bien atrás en el asiento. En ambos casos, los hombros sueltos, el pecho abierto, el ceño distendido, la mandíbula floja (separa los labios y los dientes).

• Respira. Poco a poco, deja que la respiración se vaya ampliando, haciéndose profunda y pausada. Siente que eres un árbol: tomando energía de la Tierra y Luz del Sol.

• Imagina que, en cada exhalación, vas soltando las tensiones emocionales y mentales. Confía en tu intención de liberar todo lo que cargas innecesariamente en el cuerpo y la mente.

• Siente que la quietud se instala en tu corazón, mientras la respiración y la energía se expanden más y más. Dite: “AQUÍ Y AHORA, YO SOY … (tu nombre) Y TENGO EL PLENO PODER DE TODOS MIS RECURSOS Y POSIBILIDADES”.

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