Estaba haciendo un ejercicio de estiramiento y parecía que los músculos se iban a desgarrar. Inconcientemente, controlaba la elongación y así generaba más dolor. Fui soltando poco a poco la posición ayudada por la respiración y pude estirarme mucho más y el malestar fue desapareciendo.
El cuerpo habla. Es la “metáfora” concreta (y cruda) de lo que sucede en los niveles mentales y emocionales. Cuando controlamos, aferramos, contenemos, resistimos, causamos dolor y, cuando le agregamos emocionalidad, sufrimiento.
La resistencia a lo que es, al aquí y ahora, suscita dolor. Cuando aceptamos y liberamos, se acaba la lucha. Comienza la libertad y la creación.