“Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio, que es bueno para mi salud. Pero nunca he oído a nadie decirle a un deportista: tienes que leer”. Esta frase de Saramago me causa mucha gracia porque siempre he sido, para decirlo en términos actuales, bastante “nerd”: más actividad mental que física.
Libros y revistas en mi niñez. Televisión y cine más tarde. Computadora e internet después. El mundo mediatizado por un soporte. La vida compartida con otros, en visiones coincididas o no, pero siempre fulgurantes. He disfrutado y sufrido mil vidas que no viví.
Puede sonar pasivo, pero no lo es. Siempre me incluí en los relatos, preguntándome cómo reaccionaría yo o aprendiendo otra forma de hacerlo. He sido parte activa de esos mundos ajenos, no sólo de las ficciones sino también de los libros de aprendizaje.
No quiero dar la falsa impresión de que sólo viví a través de la imaginación de otros. He tenido una existencia rica y diversa. Sólo quiero agradecer en este pequeño escrito (que ellos han ayudado a desarrollar con sus maravillosos aportes) a tantas personas que no conozco (reales e imaginarias) que la han hecho más profunda y rica.
