Generalmente, quien dice esto idealiza la vida de los demás y desmerece la suya. En esta época de redes sociales, en las que se miente tanto y se apela a la imagen y el positivismo superficial, muchos creen que lo que ven es cierto y se comparan, llenándose de amargura, frustración, envidia y resentimiento.
Ninguna vida es totalmente feliz ni perfecta. NINGUNA. Estamos encarnados, lo cual implica que lidiamos con toda clase de limitaciones y carencias. En lugar de mirar hacia afuera, idealizando, podemos mirar hacia adentro, aceptando ese diseño único y original que somos, apreciando las cualidades y sosteniendo los aprendizajes. Somos podemos ser verdaderamente felices y estar en paz siendo quienes somos.