¿Qué ves cuando te ves?

cascada

Hoy, vi en una revista una serie de fotos tomadas con ultra-microscopios. Seres infinitesimales, minúsculas partes de células, fenómenos instantáneos. Me quedé maravillada. Todavía no puedo creer la ilimitada riqueza y variedad de lo que nos rodea, desde lo micro hasta lo macro. Es inconcebible tanta multiplicidad y ¡belleza!, porque, además, son hermosísimas.

Cuando era chica y me quedaba embelesada mirando los paisajes de mi terruño natal (Diamante, Entre Ríos), el corazón se me salía afuera de la dicha. Me encendía de admiración, de regocijo, de plenitud, de amor, de poder, de… sentirme una con la Tierra. Me pasaba lo mismo cuando había grandes tormentas. Los demás me decían que se sentían pequeños o temerosos. Yo no lo entendía. Yo era parte de ello. Yo ERA ello.

Sin importar si es enorme o mínimo; del cielo, del suelo o del mar; de aquí o del más allá; mío o tuyo: es admirable, excitante, hermoso, increíble, profundo, potente, pleno de sentido y propósito, amable (digno de ser amado). ¿Te puedes ver con esos ojos? Son los ojos de Dios.

Comparte:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

captcha

Sobre Diseño Humano

No te pierdas ninguno.

Suscríbete al boletín semanal

Recibe un email semanal con consejos, reflexiones y recursos, directamente en tu casilla de correo.

Categorías

Sígueme