¿En qué terminó la modernidad? En el consumo indiscriminado para unos y la pobreza discriminada para otros.
¿En que terminó el feminismo? En una mujer sobreexigida y cansada.
¿En qué terminó el matrimonio? En una sociedad que trabaja agotadoramente para conseguir cosas (que algunos dicen que los hijos necesitan).
¿En qué terminó el misterio de la vida? En una huida para matar la incertidumbre y el miedo, buscando una seguridad que no existe.
¿En qué terminó lo sagrado? En un enorme supermercado que alimenta a un Ego espiritualizado.
¿En qué terminó el silencio y la escucha? En un corazón amurallado, desconectado y anhelante de recibir guía y amor.
Respira, suelta todo (sí, todo) y quédate en suspenso, en pausa, en sigilo, soportando la angustia de no ser, de no saber, de no poder… hasta que una pequeña luz aparezca al final de la oscuridad, un pequeño murmullo te nombre y te llame… Nada más… Eso es Todo. Eso eres Tú.