El lunes, comenté que el cambio es una acción en el instante. Como te habrás dado cuenta, reeducar una mente desbordada y anárquica no es fácil obviamente, pero es la única posibilidad de tener una vida verdadera. Debes reconocer la importancia de vivir en el cuerpo, de captar sus mensajes, porque solo él está en el aquí y ahora, solo él está “presente” y reaccionando a lo que realmente transcurre. Pero, ¿qué haces con la mente? También, debes reconocer que ella no es tu dueña, que no es lo más importante de tu existencia, que es la expresión de los múltiples aspectos de tu ego pero que no te define ni te debe manejar.

Comprendido esto, es preciso sacarle la carga de la decisión, ya que es solamente un instrumento para que nos comuniquemos, para investigar, para que descubramos lo que hemos experimentado, asentar una perspectiva y reflexionar sobre los distintos lados de algo. Es útil imaginar un switch, un interruptor, que le dé posibilidades; en principio, On/Off, Prendido/Apagado, cuándo debe funcionar y cuándo no. Hay momentos en los que es necesario que el cuerpo, la intuición, tome “muestras” para decidir qué es lo mejor y la mente no debe intervenir con sus viejos programas. Luego, puede tener sus funciones: Observar, Reflexionar, Comparar, etc.

¿Cómo cambiar los programas antiguos?
Observando lo repetitivo, lo reactivo, y sustituyéndolo por nuevas ideas que te empoderen. Si te enganchaste pensando: “Siempre me pongo nervioso y pierdo las oportunidades”, puedes reemplazarlo por: “Estoy aprendiendo a calmarme y aprovechar lo que es para mí”. Cada vez que detectas una reacción vieja, la inviertes. Ese “surco” cerebral (tipo huella del Cañón del Colorado a esta altura) que se inició en tu infancia debe ser redirigida a una nueva senda, elegida por ti ahora.

También, cambia tu actitud corporal.
Seguramente, estarás con la cabeza gacha, respirando superficialmente, congelado, o haciendo cosas automáticamente, como un robot, siempre perdido en el limbo de tu mente. Levanta la cabeza, sacúdete o muévete del lugar (o frena, si estás corriendo como loco), exhala, di tu nueva afirmación, sal de la situación, comienza desde otro espacio mental y físico… todas las veces que lo necesites…

Respirar, sentir los pies, percibir la fortaleza del cuerpo, abrirte al entorno son actitudes que sostienen este cambio. Finalmente, Cuerpo y Mente deben ser uno y estar al servicio del Ser. No es fácil ni se consigue enseguida pero es la única forma de estar verdaderamente vivos y plenos.

Para saber cuál es tu Autoridad Interna, cómo decides (nunca desde la mente), haz tu Carta de Diseño Humano: https://abrazarlavida.com.ar/en-que-consiste-una-carta…/