
Estamos asistiendo a veloces transformaciones por doquier: clima, sistema económico, trabajo, relaciones, religiosidad. En lugar de plantearse las causas y un nuevo rumbo, la mayoría busca agarrarse de las ruinas o atontarse con más consumo o reaccionar volviendo a un pasado conservador o exigir violentas medidas o tornarse cínico o desesperanzado… o todo junto.

Estas respuestas están basadas en la necesidad de controlar. Nos hemos acostumbrado, desde niños, a manipular nuestro entorno. Por medio del llanto, al principio, luego de rabietas y más tarde a través de la palabra y de actitudes, queremos que los demás hagan lo que nosotros deseamos. Nuestro Ego, como un dios de pacotilla, cree que podrá con todo.

Lo que revela esto es que nos suponemos desempoderados: tenemos que manipular el ambiente porque no sabemos manejar nuestra propia realidad. Al hacernos creer que somos totalmente dependientes del afuera, luchamos por nuestra porción de energía, de abundancia, de atención, de amor. Lucha improductiva, obviamente. Cuando operemos desde el poder interior, el exterior lo reflejará con creces.

La clave no está en aumentar el control sino en soltarlo. Para comenzar, eso a que tanto nos aferramos ya está gastado y perimido, sea lo que sea. Por otro lado, aunque lo intentemos, se terminará igual. El esfuerzo es inútil. Y, finalmente, lo naciente encontrará su forma de surgir y nos develará sus tesoros. Es concreto y arraigado a la tierra. Por eso, lo que no considere el cuerpo y la realidad terminará en fracaso.

Y ahora la gran pregunta: ¿cómo soltar el control? ¡Soltándolo! ¡Uuaauuuh! ¿Era tan sencillo? ¿Sabes que sí? Lo que quiero decir es que se trata de tomar conciencia en cada momento cómo manipulamos y controlamos para dejar de hacerlo, a fin de transitar otro camino, paso a paso. Es una acción en Presencia.

Y el primer paso de este sendero es la confianza. Es preciso que aprendas a confiar en ti, a que la Vida te sostendrá siempre en una Red maravillosa e invisible, a que lo único que debes seguir es a tu corazón, que está conectado a Todo Lo Que Es y que sabe qué es lo mejor para ti.
