Me escribió una mujer que me pidió la Carta de Diseño Humano para su nieto, a fin de regalársela a sus padres, para decirme que le parecía muy larga y con demasiada información, lo cual podía obturar el interés. Le contesté que quizás tenía razón pero que era una especie de apuesta a largo plazo.
Generalmente, las personas piden sus propias Cartas o las de sus hijos, las leen, toman algo que les afectó y luego las dejan. A veces, vuelven a leerlas de vez en cuando y les caen otras fichas, de acuerdo a su comprensión y su desarrollo. Otras, nunca más las leen. Es lo normal. Pocas veces, las toman como lo que es: un mapa de quiénes verdaderamente son y un manual de herramientas que les ayuda a fluir con sus diseños originales.
La apuesta es que las lean a lo largo del tiempo y que comiencen a hacer los cambios que los libere de las influencias familiares y sociales y los conduzcan a las cualidades, fortalezas y desafíos que trajeron, pudiendo ser ellos mismos. Leer una Carta es el comienzo de un camino de descondicionamiento que lleva tiempo y que requiere llevar a cabo las estrategias que son únicas para cada uno.
Nuestro diseño es nuestra misión, lo que acordamos dar y recibir, lo que constituye nuestra particular manera de aportar a esta transformación maravillosa que estamos transitando. Tener tu Carta es saber cómo lo haces y la información que brindo te sirve para toda la vida… de verdad!!