
La sociedad pone mucho énfasis en tener voluntad para hacer algo… lo cual es muy frustrante para el 63% que no tenemos el Centro del Ego Definido… Ella es el motor para lograr metas de los que lo tienen Definido, pero para el resto: ¿qué nos queda? (además de dejar de desear lo que no hay).

La voluntad es una fuerza que, cuando se enciende, no para hasta conseguir lo que desea. Es física, es potente, es consistente. Necesita de objetivos, porque permanece dormida mientras no los haya, y se debe estar seguro de que realmente se quieren, porque sigue hasta el final.

La perseverancia es distinta. También precisa propósitos y unos que verdaderamente satisfagan, que motiven, pero es inconsistente. Una forma de explicarlo sería cuando nos proponemos bajar de peso: al principio, comenzamos con la dieta Keto y estamos implicados; al cabo de un tiempo, ya no funciona y abandonamos todo. ¡No! Cambiemos de dieta, probemos con una vegetariana; cuando ya no nos motive, vayamos por otra… y así hasta que logremos bajar.

Lo más caro que hay es no conocernos y exigirnos lo que no tenemos, lo que no somos. Cuando fluimos con lo que es para nosotros, todo se facilita y enriquece.

Haz tu Carta: www.abrazarlavida.com.ar/diseno-humano