
En otra oportunidad, comenté acerca del valor del bostezo para descargarnos, relajarnos, oxigenarnos, usándolo de forma consciente y haciéndolo todo lo profundo que podamos. Leyendo un artículo acerca de él, corroboré otra función que había observado cuando analizamos Cartas de Diseño Humano con algún consultante. Muchos bostezan y tratan de reprimirlo.
Al principio, pensé que era aburrimiento y después me di cuenta de que trataban de ingresar nueva información, de tomar conciencia de algo propio que no conocían (en algunas sesiones de terapia también sucede). He aquí la causa: “Andrew Newburg, doctor de la Universidad de Pennsylvania en Estados Unidos, asevera que el bostezo es uno de los secretos mejor guardados de la neurociencia debido a que esta acción activa una zona del cerebro que desempeña una labor significativa en la recuperación de la memoria, así como la conciencia”.