Hace un tiempo, escribí “¿Quién es tu cliente ideal? Aplica para todo tipo de relaciones”. Muchos me comentaron que les resulta muy difícil imaginarse eso. Generalmente, sucede porque no se conocen lo suficiente, están tomados por los modelos sociales y no registran sus dones y cualidades, desvalorizándose.
Como estoy diseñada para dar soluciones prácticas y útiles, a través de mi experiencia, recordé lo que comencé a hacer hace bastante tiempo y que luego vi en una película: FelizGraciasMásPorfavor. En ella, una mujer le cuenta a un taxista que, cuando se encuentra con una situación que la hace feliz, dice esa “plegaria”, como una forma de atraer más de lo mismo.
Es así. Cuando me encanta un consultante, un espacio, una situación, digo: “Esto es lo que quiero, dame más, por favor”. Y lo contrario también: “No quiero esto en mi vida, no permito que pase nuevamente”.
Obviamente, no es magia. Si tienes la mente llena de basura propia o de otros, si permites cualquier circunstancia, si te victimizas, no funcionará. Se trata más bien de ir conociéndote a través de la experiencia, de saber qué deseas y necesitas, de solucionar lo que no te deja que suceda, de conectar con tu verdad y de concretarla en tu vida.
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