Hacer de más: cómo pasar de una virtud a un defecto.

El famoso “Camino del Medio” del budismo.  No significa mediocridad ni conformismo, sino tomar lo mejor de ambos mundos y encontrar una síntesis que nos ayude a crecer.

 

 

Vivimos tiempos de sobredimensiones, de enormidades, de “cuanto más, mejor”.  Siendo austera, tengo un rechazo natural a estos conceptos.  Siendo de extremos, el equilibrio ha sido mi escuela.  Algo que me ayudó mucho siendo joven fue la noción de que cualquier cosa llevada a una polaridad se transforma en mala, peligrosa.  Y digo “cualquier cosa”.

 

Es cuestión de encontrar el punto justo.  Una persona divertida puede dejar de serlo cuando está continuamente haciendo chistes, sin respetar momentos de silencio.  Alguien bueno se puede convertir en buenudo, cuando no sabe poner límites.  Un individuo rígido puede quebrarse cuando no es capaz de adaptarse a un nuevo contexto.  Alguien distraído o soñador puede ser peligroso (para sí y otros) cuando no vive en la realidad y realiza actos irresponsables.  Padres sobreprotectores invalidan el futuro de sus hijos.

 

Todo llevado a la exageración termina siendo dañino.  Por eso, muchas veces es cuestión de darse cuenta de cuánta energía, pensamiento, emoción, expectativa o lo que sea le estamos agregando a algo y sacarle lo necesario para que sea adecuado.  El famoso “Camino del Medio” del budismo.  No significa mediocridad ni conformismo, sino tomar lo mejor de ambos mundos y encontrar una síntesis que nos ayude a crecer.

Comparte:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

captcha

Sobre Diseño Humano

No te pierdas ninguno.

Suscríbete al boletín semanal

Recibe un email semanal con consejos, reflexiones y recursos, directamente en tu casilla de correo.

Categorías

Sígueme