
Cuando tenía unos 20 años, viajaba en un tren casi vacío, y entra un hombre, que se sienta en el lado contrario a mi lado. Era verano y esas ventanillas estaban bajadas casi del todo, porque había dado el sol (en ese momento no). Cada tanto, él se agachaba para ver en qué estación estaba y yo pensaba: “¡Qué tonto! ¿Por qué no la levanta y mira sin problemas?”.

Con el tiempo, me di cuenta que eso es muy común: así son las cosas. Muchas veces, observé esta actitud de resignarse a lo que encuentran, porque no se trata de aceptarlas, sino de aguantar lo que es, lo que hay, lo que les dan, lo que está permitido o no, lo que se puede o no, etc.

Como soy exactamente lo contrario, la Oveja Negra, me dediqué a replantear el status quo, poniendo el cuerpo, probando, para luego poder brindar soluciones prácticas, otras opciones que están siempre disponibles, pero pocos se atreven a transformar. La posibilidad está…

¿Qué puedes cambiar en ti? Porque comienza en ti. ¿Qué estás “aceptando” que no te pertenece, no te sirve, no te representa?


En Diseño Humano, hay un Perfil que se llama así justamente. ¿Lo eres? ¿Cómo lo gestionas?