Estábamos analizando con una paciente una situación en su trabajo y cómo su conducta había ido cambiando con el tiempo, pudiendo ahora manejarse mucho mejor. Entonces, se me ocurre que existen cuatro fases en el proceso de actuar claramente desde lo que somos y deseamos.
De eso se trata poner límites: de saber cómo queremos relacionarnos, no solo con las personas, sino con las circunstancias y con nosotros mismos (muchas veces, ese es la mayor dificultad, ya que no podemos contenernos y nos vamos con las cosas, en lugar de centrarnos).
La primera es la de aceptar todo, “así son las cosas”, “es lo que hay”, “siempre fue o se hizo así”. Como verás, hay muchas frases de resignación que están en el lenguaje popular y en cómo se toma la vida. Aquí, permanecemos inconscientes y mudos a lo que sucede.
La segunda es comenzar a cuestionar, a observar las resistencias internas, a darnos cuenta de que no nos gusta lo que pasa. Surge el enojo, una emoción positiva que nos hace reaccionar hacia lo que es perjudicial para nosotros. Muchos se quedan atrapados aquí, en una ira constante, en recriminaciones interminables, que no conducen a nada, más que a un círculo vicioso tóxico.
La tercera es poner límites efectivos, expresar lo que deseamos, negociar, sostenerlos (lo que más cuesta al principio), ir aclarando nuestro espacio y cómo queremos que sea.
La cuarta… es que no es necesario… Cuando nos aceptamos cómo somos, conocemos nuestros dones y aprendizajes, sabemos nuestros propios límites, ya no es preciso decir nada, porque el otro lo ve en nuestra aura y es evidente.
Centrados en nosotros mismos, transitando con nuestra Estrategia y Autoridad Interna, dejando que la vida se despliegue, confiando, vamos atrayendo las personas y situaciones que necesitamos, sin las resistencias que la mente va creando con sus ansiedades e incertidumbres.
Finalmente, ese es el problema principal: la mente es nuestra mayor enemiga, porque habitualmente está llena de los mandatos familiares y sociales y solo reacciona con lo conocido, “abriendo ventanitas” de panoramas espantosos que podrían pasar.
Cuando está guiada por la Conciencia, fluimos en el aquí y ahora, y no necesitamos luchar con los demás ni con la vida ni con nosotros mismos. El sistema nos quiere ocupados, para que no percibamos que esa lucha es inútil y nos aleja de la Luz que somos. Aprende a poner límites a esa invasión y sé tú mismo.
Para conocer tu Estrategia y Autoridad Interna, haz tu Carta: www.abrazarlavida.com.ar/diseno-humano
2 comentarios
Tendrá que ver con querer ser querido a toda costa también?
abrazo
Somos multicausales, no hay una sola razón por la que hacemos algo, pero es evidente lo que comentás: somos capaces de dañarnos a nosotros mismos y aguantar lo que sea, con tal de obtener un cariño que ni siquiera vale, si ese es el precio…
Te mando un cariñoso abrazo.