Extrañamente, en quince días, tres personas me dijeron que no podían hacer sus sesiones de Diseño Humano, porque no tenían la privacidad necesaria, ya que siempre había personas en la casa y no encontraban el momento adecuado (no tienen niños pequeños). Se trata de una hora y media… Les dije: “Es TU casa también; ¿no tienes la autoridad para pedir que te den privacidad o no te atreves a solicitarla?”.
Una mujer hace dos años que tiene esta excusa y me consta que está interesada, porque ha tomado otros servicios que son por mail. ¿Cómo se llega a esto? ¿Cómo es posible que alguien no se crea digno de tener su espacio, por una hora y media… durante dos años? Y no se trata solo de mujeres, hay hombres que me han dicho lo mismo a lo largo del tiempo, aunque son más ellas. ¿Por qué creemos que, porque estamos en familia o grupo, no tenemos derecho a tener nuestra privacidad y ser respetada por los demás?
En el mismo tenor, hay otros que dicen no tener tiempo (¿nunca?) o dinero, pero luego publican cenas costosas o ropa nueva o lo que sea. En el fondo, no nos sentimos merecedores de conocernos realmente, de hacer algo por nosotros mismos, por nuestro ser, algo íntimo, verdadero, no mediado por los demás o las cosas.
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