En mi Perfil, tengo una Línea 3 consciente, así que mi vida ha sido una serie de Pruebas y Errores bastante intensa, con épicos momentos, y recurrentes equivocaciones espantosas hasta que le encontraba la vuelta. Durante unos cuantos años, tuve la fea costumbre de ir hasta el fondo del pozo para salir, lo que implicaba duras remontadas, no siempre exitosas desde el punto de vista del aprendizaje, porque debía volver a realizarlo… en una nueva espiral (o eso es lo que me decía para reconfortarme).
Como soy una Proyectora y detesto el desperdicio de tiempo, energía y recursos, me comencé a preguntar si no había una mejor forma de aprender. Sí, la Conciencia. ¿Qué significó esto en principio? Darme cuenta ANTES de que todo se descarrillara horriblemente, viendo las señales presentes, y tomar las medidas pertinentes, sanar emocionalmente, conectar mejor conmigo, las personas y las circunstancias. Funcionó durante bastante tiempo, pero no me llenaba, no me convencía.
Entonces, conocí Diseño Humano y comprendí que todos tenemos un diseño del que no podemos escapar, de que estamos en una Matrix programada y que no hay salida desde ella. No es que no lo supiera antes, siempre me fue claro que esto es una Maya, pero me cerró mejor y me dio estrategias prácticas para manejarlo, lo cual es muy importante en estos tiempos de locos.
Lo que más me enojaba en estos procesos que describo es la omnipresencia del sufrimiento. Sin importar los sistemas o los ciclos (llevo décadas de verlos pasar), un requisito fundamental es que el dolor nos hace tomar conciencia y cambiar. ¿Y si no fuera cierto? ¿Por qué este planeta está marcado por esa impronta? ¿A qué se debe que esta exigencia no varía nunca y está implantada como una condena, a lo largo de la historia, las razas y las religiones?
Aquí, me podría poner conspiranoica y comenzar una larga perorata que llene los vacíos de muchos con aterradoras razones terrícolas, extraterrestres y/o universales, pero no me interesa. No me importa nada de nada. A esta altura, ya estoy absolutamente harta de teorías, que se manejan como verdades, y que se esparcen como la pólvora en terrenos de sequías varias. Supongo que habrá argumentos, pero soy pragmática (de nuevo Línea 3) y solo me importa cómo vivir, no porqué llegamos aquí.
Como esta huella está grabada a fuego, no es nada fácil salir de ella. Volvemos a caer una y otra vez, racionalizándola románticamente (si eso es posible), aferrándonos para no soltar tanto sufrimiento inútil que hemos atravesado. No creo que podamos liberarnos, pasarán décadas o siglos hasta que despertemos realmente. Hay quienes creen que será ahora… ojalá, pero no es mi opinión.
Algo interesante es que el sistema siempre está adelantado a la tendencia y la absorbe y neutraliza rápidamente. La mayoría de las técnicas actuales (y antiguas) son remedios ilusorios que se vuelven contra nosotros, aunque parezcan nacidos de la Luz. La salida es individual, es un arduo proceso personal de descondicionamiento y reconexión. Podemos usar algún sistema que nos ayude, pero finalmente se trata de nuestra relación con nuestro Ser.
Lo único que debemos observar es que no sea a través del sufrimiento. Eso no significa que no nos duela, porque es doloroso darnos cuenta cuánto nos han manipulado, qué inútiles han sido muchas situaciones, duelar lo que no fue ni será y otros procesos. Pero el dolor pasa, sufrir es aferrarnos a él y victimizarnos. No hay solución desde este lugar, debemos desapegarnos, responsabilizarnos y ser únicos.
El cuerpo es un buen punto de partida… luego de desintoxicarlo y sanarlo. Como está conectado a todo, nos provee información en el aquí y ahora (¡esencial!), en lugar de perdernos en los laberintos infecundos de la mente, la cual está influenciada por el sistema. Es comprender nuestro papel creador, luminoso, amoroso. Es reconectar a la Fuente, en este hermoso planeta azul. Te acompaño.
¿Quieres conocer tu diseño y cómo fluir con la vida? Haz tu Carta.
