
Cuando analizamos una Carta de Diseño Humano con alguien y llegamos a las Puertas del Bazo, es bastante común que esté activada la 50, la del Miedo a la Responsabilidad. Al preguntarle acerca de esto, la mayoría la vive como un impedimento para lograr lo que desea. De esta forma, le escapan a cualquier cosa que consideran una carga, mientras algunos, por el contrario, se vuelven hiperresponsables y se llenan de pesos de los demás (pero raramente de los propios).

Somos hijos del rigor, de la lucha y el esfuerzo. Hasta hace poco, esa era la única forma de conseguir las metas, de progresar, de aprender, de evolucionar. Ahora, en general, la sociedad se ha ido al otro extremo y le huye a cualquier compromiso. Sin embargo, no hemos conseguido comprender verdaderamente lo que significa ser responsable.

En principio, la misma palabra lo indica: se trata de responder por lo que hemos elegido; es la capacidad de crear los resultados que hemos escogido, de acuerdo a ciertos parámetros de compromiso que acordamos con nosotros mismos y/o con los demás. Obviamente, esto implica que nos conozcamos, que tengamos claras las metas y que hayamos analizado cómo deseamos resolver una circunstancia.

Cuando era adolescente, no quería madurar ni ganarme la vida de la forma que se hacía en mi entorno. Le huía a cualquier cosa que me lo recordara. Con el tiempo, comprendí que yo podía elegir qué clase de adulto quería ser y qué forma de trabajo era la apropiada para mí. Y entonces acepté la responsabilidad de ser yo misma. Y sigo eligiendo… ¿Te haces responsable de ti mismo?
