El analista junguiano James Hillman desarrolló esta teoría: así como en la semilla está el roble, y éste necesita condiciones para activar el árbol que ya es desde un comienzo, también cada humano es una bellota.
Esto tiene dos lecturas. Por un lado, no seremos otros que los que venimos a ser. De una bellota de roble nacerá un roble y de una de encina, una encina. Estamos diseñados para ser un tipo especial de ser humano y es necesario reconocerlo, aceptarlo y honrarlo, para que se pueda desplegar plenamente.
No entramos a este mundo siendo “una hoja en blanco”. Ya traemos, en forma potencial, los recursos y aprendizajes que nuestra alma decidió efectuar en esta encarnación. En este potencial, se halla nuestra belleza, don, vocación, deleite, bienestar, compleción.
Por otro lado, las circunstancias ambientales harán que ese roble sea más o menos fuerte, más o menos enraizado y frondoso. Nuestra familia, el contexto social y económico, la educación, etc. serán importantes para nuestro desarrollo, porque determinarán cuan fácil o difícil será ese crecimiento.
Ambientes extremadamente arduos pueden ir en contra de nuestra esencia. A veces, las pesadumbres pasadas y la lucha entablada para respetar la originalidad conspiran para que abandonemos ese llamado interno.
Igualmente, seguir los cantos de sirena de la sociedad o los mandatos familiares pueden hacer que nos alejemos de lo que es precioso para nosotros. Si nuestra inspiración fuera ser un artista, pero el medio conspirara contra ello por motivos monetarios o presiones tradicionales, quizás seríamos muy exitosos para el afuera haciendo otra actividad, pero seguramente sufriríamos interiormente la falta de desarrollo de nuestro potencial.
Frente a esto, nuestra conciencia y motivación serán cruciales para despegarnos de las dificultades que podríamos haber atravesado inicialmente y proponernos entornos y posibilidades más acordes con lo que deseamos realizar. Además, como nosotros mismos, en un nivel superior, hemos decidido estas circunstancias, somos responsables integrales por su evolución.
Hay una fiebre de “cambiar” que se ha instalado en nuestra sociedad y, la mayoría de las veces, se trata de seguir modelos instalados y premiados, de acuerdo a cada nivel social y/o económico. Nada de esto garantiza la felicidad ni la satisfacción verdaderas si no contemplan el diseño original que traemos. El Universo colabora y premia las energías que pongamos en respetar nuestra esencia y manifestarla.
Los obstáculos generalmente están ligados a aprendizajes que debemos afrontar y que harán más profundas y enriquecedoras nuestras vidas. Enalteciendo nuestra semilla, podremos crecer como árboles fuertes y albergadores de vida, luz y alegría.
2 comentarios
Hola gracias por esto que haces por nosotros. Hoy descargue el curso. Graciasssss
Que lo disfrutes, Yemel! Un abrazo.