Acabo de analizar una Carta con una mujer y es fascinante cómo nos negamos a aceptarnos así como somos. Al principio, hacía lo que hacen todos: buscar lo positivo y lo negativo de cada cosa, con énfasis en lo negativo (aun en lo positivo).
Para el ego, todo funciona en la dualidad, y ve lo que no está definido como una falla, una falta, así que enseguida sale a buscarlo desde un lugar de victimización y carencia o se resigna desde un lugar de desvalorización y menoscabo.
Esos espacios son de aprendizaje y potencial sabiduría, mientras que otros son fijos y nos identifican. Tendemos a depreciar los últimos y a sobrevalorar los primeros (lo que nos estresa).
¿Para qué sirve saber todo esto? ¡Para aceptar, amar y aprovechar lo que traemos! Para dejar de luchar y esforzarnos, yendo en contra de nosotros mismos. Para disfrutar y fluir con la Vida. Para desplegar nuestra Luz.
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