Hace muchísimos años, cuando hacía T´ai Chi y leía sobre el taoísmo y el I Ching, un concepto me llamó la atención: el Wu Wei. Podría traducirse como “acción natural”, “no acción” o “sin esfuerzo” y una forma fácil de comprenderlo es en el orden de la Naturaleza: una planta no hace esfuerzos para crecer, simplemente lo hace. También, se lo asocia con el agua, que parece blanda y débil, y sin embargo puede erosionar la roca o ser tan pasiva que se adapta a todos los espacios.
El pensamiento Wu wei es un modo de actuar que no deja trazas en la Naturaleza, invisible, armonioso y que no se delata a sí mismo. Una especial forma de fluir sin influir, de vivir sin interrumpir y de favorecer sin impedir.
Es interesante que haya dos escuelas opuestas para llegar al mismo resultado. La confuciana sostiene que se requiere de mucho esfuerzo inicial; mediante la fuerza de voluntad y un riguroso apego a las reglas, se supone que el comportamiento apropiado con el tiempo se convierta en la segunda naturaleza. La taoísta, en cambio, mantiene que, en lugar de un entrenamiento rígido, se busque liberar la virtud natural interna, yendo con la corriente.
En Occidente, tendemos a la primera forma y, luego, liberamos la segunda: una vez que hemos creado dominio sobre un área por el adiestramiento, nos dejamos llevar, para evitar los obstáculos creados por la parálisis del sobrepensamiento y la exigencia. O, por lo menos, sería bueno que fuera así. Nuestra cultura presiona a las personas para que trabajen duro constantemente y no permite que se aflojen nunca. El Wu Wei ayudaría a confiar en lo aprendido y a dejar que surja la naturaleza intrínseca de lo que somos, sabemos y podemos, relajándonos en lo que estamos haciendo y olvidándonos de nosotros como actores.
Más profundamente, la filosofía taoísta reconoce que el Universo ya funciona armoniosamente de acuerdo con sus propios principios; cuando el ser humano enfrenta su voluntad contra el mundo, altera la armonía que ya existe. Esto no significa que las personas deban renunciar a su voluntad. Más bien, se trata del cómo actúa en relación a los procesos naturales críticos existentes. El Wu wei también ha sido traducido como “quietud creativa” o el arte del “dejar ser”. Esto no supone un desdén de la razón, más bien es una manera de entender que el Tao está dentro de todas las cosas y seguir ese “camino”. Toda verdad es una paradoja (hacer sin hacer) y todos los caminos se unen en el camino.
2 comentarios
Maravilloso articulo! Muy claro y preciso me encanto gaby
Me alegra que te ayude, Gaby!
Te mando un gran beso.