Analizando con una paciente los cambios que se están produciendo en su vida, le dije esta frase. En el poco tiempo que estamos trabajando, muchas formas de pensar y de actuar se han transformado y caído radicalmente, pero no han producido “ruido”, en el sentido de que no han tenido efectos dramáticos ni devastadores. Simplemente, han mutado hacia lo nuevo, dejando aceptación, tranquilidad, apertura, innovación.
Del caos al orden.
El viejo ruido 3D es el de la lucha, el esfuerzo, la resistencia. Generamos una gran reacción al oponernos, quejarnos, movernos inútilmente, estar ansiosos. Es como si creáramos una barrera energética, produciendo que lo que viene hacia nosotros se aleje. Eso hace que las soluciones no puedan aparecer y que las cosas que deben llegar se retrasen. No hay una actitud de inicio y bienvenida para que ingresen, todo es caos y alboroto.
Otra paciente, a la que le sucede lo mismo, reflexionó que eso se debe a que los cambios se están organizando desde adentro hacia afuera. Cuando queremos modificar a los demás o a las situaciones, para que se adapten a nuestras necesidades y expectativas, comienza el conflicto y escala hasta provocar enormes efectos destructivos. El ruido es masivo, ya que todos están tratando de defender sus posiciones, en una guerra inútil y devastadora.
En cambio, sentía ella que, al comprender las causas profundas de esas relaciones, solo soltaba lo que la ataba y dejaba que el alma sanara y acomodara las cosas de una forma que a ella jamás se le ocurriría… cien veces mejor que cualquier posibilidad ilusoria. Esto es algo fuerte que está pasando: al cortar con los karmas generacionales, nuevas formas y vínculos surgen tan rápidamente que impacta. El ego se siente abrumado para adaptarse a estas condiciones.
El trabajo silencioso.
Parece magia, pero no lo es. Es trabajo que conduce a la magia. Si no ponemos el cuerpo, si no hacemos diariamente nuestra labor (cambiando en el instante el pensamiento, la emoción o el acto por otro distinto), el efecto de los momentos transformadores se desvanece, porque esta es una dimensión material y deben ser sustentados por acciones efectivas.
Hace unos años, estuve en el Glaciar Perito Moreno, en la Patagonia. Es impresionante observar esa masa de hielo que se mueve constantemente, aunque aparenta que está quieta por siempre. Cada tanto, caen pequeños pedazos y, a veces, la bóveda frontal cae ocasionando un grandioso estruendo imponente. Me viene esta imagen cuando mis pacientes me cuentan sus cambios, pero sin el ruido.
¿Cuál es tu potencial?
La Nueva Energía es simple, rápida, armónica. Somos nosotros los que estamos atados a lo viejo y seguimos haciendo drama y luchando y esforzándonos. Dejemos de hacer ruido y comprendamos que en el silencio y la transformación interior hay poder. Por debajo, las estructuras se movilizan y, de pronto, caen, dejando al descubierto áreas que no conocíamos y que, sin embargo, son nuestras. El potencial aparece, mejor que cualquier idealización, porque es real.
Para conocer tu potencial, haz tu Carta de Diseño Humano. Hay descuento del 30% (excepto para Argentina).