¡Basta de aguantar!

Tengo varios pacientes Generadores Manifestantes (personas con muchísima energía).  Los atraigo, porque yo no la tengo y soy la guía natural para que puedan usarla de formas eficientes y para sí mismos, en lugar de para todos los demás, cosa que hacen habitualmente… y así terminan…

Algo que me llamó la atención cuando comencé a atenderlos es su aguante.  Soportan lo imposible y más.  Siempre tienen una excusa para seguir: “Si no lo hago yo, no lo hace nadie” (su preferida), “Pobre, no puede solo”,  “¿Qué le hace una mancha más al tigre?”, “Ya que estoy…”, “No puedo dejar que se lastime/sufra/le falte algo/etc.”, “Tengo que hacer algo”, “No me cuesta nada”.

El problema es que SÍ les cuesta: tiempo, salud, dinero, valoración, autoconocimiento y muchas otras cosas irreemplazables.  Están para los demás siempre, pero los demás no suelen estar para ellos cuando más los necesitan.  Y si comienzan a poner límites, se les enojan y dan vuelta.

Persona ambulancia.

Los acostumbraron a estar continuamente, a poner el cuerpo sin medida, a salir corriendo ante cualquier problema, a poder todo.  A aguantar.  Lo que sea.  Son las Personas Ambulancia, que salen disparadas ante las urgencias, los inconvenientes, las enfermedades.

También acompañan en lo bueno, porque tienen un alto concepto de la vida, suelen ser divertidas y compañeras, con un gran apetito por las experiencias y los logros, por lo que todo les atrae.   Aunque estas cualidades pueden desbarrancar, porque se enganchan alegremente en algo, sin evaluar las consecuencias, los tiempos o la responsabilidad.

El otro lado.

Soy exactamente lo contrario, en el sentido de que no aguanto nada.  El lado positivo es que no me quedo en situaciones dañinas, que busco soluciones rápidamente, que valoro el bienestar y la tranquilidad.  Su negativo es que puedo soltar las cosas cuando se ponen difíciles (a menos que tenga un propósito del alma).

Pero, en el medio hay algo: ni quedarse hasta terminar mal solo porque se puede ni salir siempre porque no se puede.  Ese poder es el quid de la cuestión.  Es interesante que la palabrita signifique tantas cosas: autoridad, fuerza, capacidad, privilegio, logro, merecimiento, etc. 

Porqué y cómo salir.

Muchas personas están para los otros constantemente para no estar consigo mismas, para tener el lugar del imprescindible, para demostrar algo, para sentir que son competentes, para ser queridas, para callar la baja autoestima y la poca conciencia de sí mismas… y para descargar tanta energía. 

Así como soportan lo insoportable, deben aprender a aguantar el cambio, la culpa, los malos humores y las exigencias propios y de los demás.  Cuando comiencen a destinar tiempo para sí mismas, para conocerse y apreciar sus dones, comprenderán que esa enorme energía está para hacer lo que les gusta, lo que aman, lo que es auténticamente suyo.  Y eso inspirará a los demás a hacer lo propio.