Cómo escuchar y sanar tu cuerpo.

Consejos prácticos para hacerlo tu Guía más confiable.

El físico no es  la máquina que lleva a cabo las ocurrencias de la mente o el lugar del pecado y la corrupción (para las religiones) o una molestia a soportar.  Es un sofisticado e increíble sistema integrado, que está siempre en el aquí y ahora, conectado al ego, al entorno y al Ser: ¿deseas mayor maravilla?  Y, sin embargo, lo menosprecias, lo apagas, lo desconoces.


En una sociedad intelectual (que niega lo corporal y lo espiritual), nos acostumbramos a vivir en la burbuja mental continuamente y así nos perdemos de los mensajes que nos podrían ayudar a vivir con consciencia y propósito, con una conexión real y no inventada, condicionada por la mente.  En un primer nivel, nos proporciona información verdadera sobre lo que está sucediendo y, en un segundo, podemos trabajar conjuntamente para una mayor salud e integridad.  ¿Cómo hacerlo?

Pregunta

El cuerpo está vinculado al Ser, es su vehículo.  Como nos cuesta relacionarnos con Él, el físico es un enlace fiable y auténtico que está siempre disponible.  La forma más sencilla es preguntar y, justamente, como es simple nadie la usa (como pasa con la respiración).  Al principio, obviamente te va a costar porque no estás acostumbrado, pero, si llevas adelante el proceso, te darás cuenta de que la respuesta es casi instantánea.  “¿Qué estás tratando de informarme, qué necesitas que sepa, para qué sucede esto?” son buenas preguntas, porque tu cuerpo es tu historia condensada y utilizable para que la interpretes y la sanes.

Dialoga

Escuchada la respuesta, puedes dialogar con esa parte, saber más, agradecerle, comprometerte a un cambio.  A medida que vas avanzando y tu cuerpo entiende que van trabajando juntos, el alivio suele ser rápido.  “Ya comprendí el mensaje, no es necesario que sigas adelante con el síntoma, me voy a encargar ahora” es suficiente para que el cuerpo utilice sus magníficos recursos y solucione el problema (confía que sabe más que tu mente y que puede).  Es claro que si llevas años castigándolo y negándolo y la enfermedad está muy enquistada, no tendrás sanación completa pero puedes detener el proceso y mejorarlo.

No hagas arqueología

Verás que una pregunta te puede llevar a otra y a otra, hasta alcanzar el origen de ese síntoma, de esa enfermedad, de esa actitud.  No es necesario que siempre sea así, no se trata de hacer arqueología y quedarte embelesado en los restos (como suele suceder con muchos sistemas) sino de soltar capas y capas de condicionamientos y repeticiones


Haz el duelo

Recuerda que, cuando la mente engancha un nuevo hueso, le gusta roerlo sin cesar, victimizándose sufridamente, para evitar el miedo que está debajo.  No sirve hacer eso porque no estamos para perder tiempo en estas épocas.  El Ser quiere liberarse y conectarse hacia más evolución y plenitud.  Haz el duelo pero no dramatices, sigue adelante, limpiando y haciendo espacio.

Acciona

Una vez que comprendes el mensaje, haz algo al respecto.  Tu Ser no se conformará con que “comprendas”.  Tendemos a llenarnos de información y creer que con eso es suficiente.  NO.  El conocimiento no lleva a la acción, tenemos que motivarnos, hacer los cambios que son necesarios, ser constantes.  Una vez resuelta la instancia, se acaban los mensajes, ya no son útiles y recuperas tu bienestar  (o te mejoras).

Trátate amablemente

Tu cuerpo escucha todo lo que dices de ti o de tu relación con el mundo y lo lleva a la realidad.  No sabe cuándo es una broma o un enojo o una costumbre.  Trátate bien, háblate amorosamente, cuéntale tus proyectos y deseos, agradécele, hazlo tu socio, vivan juntos esta aventura.

Tu cuerpo es tu guía más confiable

Debido a que estamos en una transformación inédita, en una mutación de Luz, tu cuerpo está más receptivo a este diálogo y, no solo eso, colabora activamente en su resolución.  Cuanto más hablen y trabajen juntos, podrás cambiar tu alimentación, tus actividades, tus actitudes, tus metas, dejándote llevar por sus mensajes.  En el fondo, son mensajes de tu Ser y Él desea la conexión completa a ti y a Todo Lo Que Es.  Sé consciente, perseverante, confía, entrégate, agradece, sé tú mismo. 

Para conocer cómo conectarte efectivamente con tu cuerpo, haz tu Carta de Diseño Humano.

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