Si bien los diagnósticos, tanto sean físicos como psicológicos como sociales, nos brindan recursos útiles y considerable tranquilidad, también es cierto que nos “etiquetan”. Y cuando se hace desde pequeños, es más perjudicial todavía.
Como individuos y como sociedad, acostumbramos marcar a los demás con un rótulo que los describa y nos desentendemos. Es más fácil y cómodo y además nos evita tener que investigar en nosotros mismos y descubrir nuestra multiplicidad de aspectos, sin dejar de mencionar el hecho de que también evadimos que los otros actúen como “espejos” de lo que no queremos ver.
Desde chica, constaté lo dañino de este hábito y me ocupé de activar tantos aspectos míos como fuera posible y de ser esencialmente YO, sin cargar con estereotipos de género, clase social, edad, condición física, trabajo, situación económica, estado civil, etc.
Creo que este aviso (clickea en la imagen) nos ayuda a reflexionar en este aspecto, planteando asimismo un debate que se está instalando en muchos ámbitos. Espero que te sirva para hacerlo y transformarte en todo lo que puedes ser, permitiendo lo mismo a tus hermanos de la Vida.