La normalización de lo dañino.

¿Estamos aceptando lo correcto?

Como comenté en otras ocasiones, soy una observadora.  Tengo un diseño receptivo y pasivo.  Me nutro mirando, reflexionando, sacando conclusiones, rebatiéndolas, compartiéndolas (como con esta).

Desde hace mucho, percibo el rompimiento de un modelo social único pivotando  hacia la  increíble variedad que se está desplegando ahora.  Maravilloso, ¿no es cierto?  Mmmmmm…  No sé.

El modelo único.

Cuando yo era chica, había una forma de ser y vivir la vida.  Hace poco, le comentaba a unas amigas que, cuando tuve mi primera menstruación, me vistieron de adulta y aguardaban que lo fuera.

Es un poco exagerado, pero así funcionó: pasé de ser niña a adulta.  Esta adolescencia extendida que tenemos ahora era anómala.  Por supuesto, transité una pubertad extrañada y una adolescencia combativa.

Pero eso sucedió porque yo era rara y cuestionaba todo.  Por un lado, se esperaban cosas de mí que yo no estaba preparada o no quería ser, por otro, quería encontrar mi manera, y además deseaba ser aceptada.  Un combo problemático.

La fragmentación “positiva”.

Estamos asistiendo a lo contrario.  Este mundo digitalizado ha abierto las compuertas a toda clase de posibilidades y podemos ser cualquier cosa.  Si me autopercibo jirafa azul, está perfecto.

¿Lo está?  ¿Qué hay detrás de tanta libertad?  Así como el patrón único era una manipulación social, esto también.  Mientras lo anterior pretendía la mera homogeneización, la actual la atomiza en miles de nichos. 

Todos nos sentimos especiales, distintivos, mostrando nuestro emprendimiento/salida/vacaciones/familia, juntándonos con los que piensan como nosotros, haciendo gala de nuestra exclusividad.

La normalización “negativa”.

Encuentro que estamos normalizando formas de ser y comportamientos dañinos.   Hay distintas maneras.  Una es la industrialización de la comida.  Es rápida, cómoda, barata, ¿para qué perder el tiempo en cocinar?  Resulta que la mayoría de esos productos son adictivos, llenos de químicos, poco nutritivos, causantes de varios padecimientos graves.

Otra es la medicalización farmacéutica.  Los profesionales de la “salud” se han convertido en prescriptores de remedios, vendidos como panaceas por multinacionales.  La infancia, la vejez, los trastornos mentales, las enfermedades producidas por la alimentación, el estrés al que lleva la vida moderna, todo es solucionado por una pastillita mágica.

Otra son las cuestiones de género, de imagen.  Aquí estoy juntando demasiados temas, pero tienen en común el “aceptarse así como somos”.  Es una loable afirmación, salvo cuando está manipulada para fragmentar a las personas, haciéndolas creer que pueden ser lo que sea, sin consecuencias.

Un ejemplo: tener sobrepeso está bien, nadie puede hablar de los cuerpos de los otros, tiene derecho a lucir como quiera.  No es una cuestión de belleza, es un tema de salud: si a los 20, pesas 90 kilos, ¿qué puedes esperar 10/20 años después?  La complicación de varias enfermedades severas.

Y, para no hacer esto más largo, está el siempre creciente consumo de alcohol y drogas (sobre todo en los jóvenes), el ajetreo constante, el consumismo, la presencia invasiva de las redes sociales, la pobreza cultural, el dominio de los logaritmos en todo, etc.

Céntrate en tu Ser.

Estamos normalizando lo malsano, lo perjudicial, lo que nos aleja de nuestro Ser.  En la superficie, parece un triunfo de la individualidad, pero se asemeja más un control total sobre los cuerpos y las mentes.  Esa individuación debe provenir del interior de cada uno de nosotros.  Haz tu tarea. Te acompaño.

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2 comentarios

  1. Hola Laura, lamentablemente estamos ante un tema de falta de conciencia…estamos pasando a nivel planetario por la decadencia para luego resurgir nuevamente como lo hizo la sociedad hace tiempo. Ya hemos pasado por epocas de Oro, ahora hemos bajado por eso vemos tanta degradacion, falta de respeto, corrupcion y un largo etc.

    Claro que no hay que acostumbrarse porque no es humano ni se vive bien de este modo…siempre hay sectores que sufren la desidia de ciertos sectores que casualmente son los que ocupan lugares de poder. Mientras sigamos aceptando la corrupcion a “cambio de” habra sufrimiento.

    Todos tenemos que poner limites para vivir una mejor calidad de vida y esto significa en todo sentido.

    La tierra esta elevando su frecuencia vibratoria como planeta y todo lo que no vibre en quinta dimension, en amor y respeto saldra la luz para ser sanado o quitado.

    Cada uno debe elegir donde quiere estar, en el bien y para el bien mayor o en la densidad y la decadencia.
    Creo que no hay mucho para elegir ni tiempo para perder.
    Luz Dorada de Sabiduria para todos.
    Gladys

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