Estábamos haciendo un ejercicio con una consultante y se quejaba porque sentía que los músculos se le iban a desgarrar. Inconcientemente, controlaba la elongación y así generaba más dolor. Le indiqué que vaya soltando poco a poco la posición ayudada por la respiración y pudo estirarse mucho más y el malestar fue desapareciendo.
El cuerpo habla. Es la “metáfora” concreta (y cruda) de lo que sucede en los niveles mentales y emocionales. Cuando controlamos, aferramos, contenemos, resistimos, causamos dolor y, cuando le agregamos emocionalidad, sufrimiento. Cuando soltamos, nos entregamos y respiramos, aparecen el aprendizaje, el placer y la alegría.
La resistencia a lo que es suscita dolor. Cuando aceptamos y liberamos, se acaba la lucha. Comienza la libertad y la creación.