Ser bueno es malo (o ser malo es bueno).

La ira es necesaria.

Analizando algunas conductas con pacientes, resaltó una idea interesante: soportaban toda clase de cosas porque ellas eran buenas, porque hacer lo contrario era ser malas…

☯️

Esta dualidad llevada al máximo estaba tan normalizada que ni lo advertían. Un ejemplo sencillo: se callaban la boca frente a un claro abuso porque creían que lo contrario era gritar, pelear, irse, perder, separarse, etc. Obviamente, hacían algunos de estos comportamientos cuando ya no aguantaban más (pelear, por ejemplo), pero inmediatamente se llenaban de culpa y volvían a callarse.

🤫

Era ser buena o ser mala. Parece una simpleza, pero la mayoría de la gente piensa así… sin darse cuenta… No hay grises en esta perspectiva. ¿Cuál sería uno en este ejemplo? Poner límites. Expresar lo que sienten, lo que desean y cómo. Y sostenerlo en el tiempo. Hay un tema con el enojo aquí, que termina siendo tabú.

😡

Han tolerado tanto durante tanto tiempo que tienen miedo a su ira, que bulle en el fondo de tanta “bondad”. Hay que aprender a aceptarla como una emoción normal, que necesita ser canalizada de formas sanas. Justamente, la ira tiene dos finalidades: poner límites cuando uno se siente vulnerado o encauzar la frustración.

✋

Entonces, de cierta forma, hay que ser “malo” para poder ser bueno, porque serlo no es ser blando, tibio, tonto, manejable, culposo. La bondad, al igual que el amor, son fuertes, centrados, valiosos y valerosos.

Comparte:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

captcha

Sobre Diseño Humano

No te pierdas ninguno.

Suscríbete al boletín semanal

Recibe un email semanal con consejos, reflexiones y recursos, directamente en tu casilla de correo.

Categorías

Sígueme