¿Suena feo, verdad? Muy materialista, capitalista, etc. Sin embargo, es verdad. No hay nada gratis, porque siempre alguien lo paga. Puede ser en dinero, en tiempo, en estrés, en recursos, en baja autoestima, en lo que sea.
Esto es absolutamente cierto para los gobiernos que parecieran creer que existe alguna clase de Banco Cósmico, que pagará por sus actos irresponsables, pero también para nosotros mismos, que no calculamos cuánto nos costará una actividad, una meta, una relación, etc.
Las personas con mucha energía se enganchan de todo, porque “qué le cuesta una mancha más al tigre”, “ya que estamos”, hasta que colapsan agotadas y se dan cuenta de que no hicieron nada por sí mismas. Las personas que sueñan con grandes ideales se lanzan a querer concretarlos, hasta que la realidad las frena porque no tienen las habilidades requeridas para enfrentarla.
Siempre hay un precio. De alguna clase. Si sabemos cuál es de entrada y estamos dispuestos a pagarlo, será mucho menor de cuándo no lo comprendemos… y lo haremos gustosos porque lo decidimos nosotros, disfrutando lo que deseamos.
