
Este cuerpito contiene un mundo. ¿Lo pensaste alguna vez?

En principio, somos sociales, estamos rodeados de otros que nos generan roles automáticos: hijo, hermano, primo, tío, cónyuge, padre, abuelo, amigo, compañero, conocido, estudiante, usuario, cliente, empleado, jubilado, y muchos etcéteras.

También, somos individuos, contenemos una cantidad de personajes internos: el generoso, el avaro, el envidioso, el violento, el amable, el retraído, el celoso, el soberbio, el perezoso, el aguantador, y otra serie de etcéteras.

Tenemos Niños Internos, Padres Internos, Conciencia e Inconciencia, Alma, Cuerpos Etéricos… ¡mi Dios! Ah, también Dios…

Respiremos y tratemos de desapegarnos un poco. Son roles. No nos tomemos tan en serio. No dramaticemos. Un poco de humor ayuda a dejar de identificarnos con los más fuertes y a permitir que otros salgan al escenario. Porque de eso se trata: una ficción.
