
Hay personas que ya vienen con una vocación definida. Algunos la saben desde que son niños y otros (como yo) la buscan con desesperación, probando muchas cosas, hasta que la vocación te encuentra.

Otros no la traen. Son los que estudian dos años de medicina, lo dejan y comienzan arquitectura, siguen con derecho y quizás lo terminen, pero luego no lo ejercen o lo hacen porque ya están en eso.

También, buscan con desesperación, pero no encuentran. Porque no hay. Y no deberían sentirse mal por eso. Tienen la libertad de ir haciendo distintas cosas, sin atarse a ninguna, o hallando al final un combo propio, resultado de sus experiencias.

Todo está bien. No debemos dejarnos llevar por las exigencias o modelos sociales. Cada uno tiene su diseño individual y es preciso ser fieles a él. Solo así tendremos paz, satisfacción y éxito.

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