Continúo con las recomendaciones del libro: “La alegría de perderse cosas”. La primera parte está en: https://abrazarlavida.com.ar/consejos-para-el-nuevo-ano/
5 – Prepararse para no engancharse.
Seamos más realistas sobre las ventajas de conseguir lo que queremos y no entremos en la “cinta de correr hedonista”.
Un ejemplo: deseamos algo nuevo que realmente nos gusta, y estamos encantados cuando el objeto codiciado llega, pero al poco tiempo comenzamos a desear otra cosa, diferente y mejor.
Reconocer esto nos permite protegernos de la desilusión cuando descubrimos que comprar un auto o enamorarnos de alguien nuevo no nos produce la sensación de felicidad profunda y duradera que esperábamos.
6 – Resistir las ganas de hacer comparaciones.
Sí, el césped siempre parece más verde al otro lado de la valla. Pero quizás deberías cortar el tuyo y jugar con los niños, en vez de pasar el rato mirando el jardín del vecino.
En el auge de las redes sociales, todos estamos mirando lo que tiene y hace el otro, comparándonos inútilmente, mientras podríamos enfocarnos en lo que somos realmente, nos gusta y podemos.
7 – Aprender a vivir con limitaciones.
No alcanza con un enfoque individual de rituales diarios que conformen una vida propia y sana, sino también uno que se centre en el paisaje cultural de instituciones, sistemas, organizaciones, tecnologías, hogares y familias de nuestro entorno.
¿A qué se refiere con paisaje cultural? A una estética que haga más fácil centrarse en lo que importa y perderse lo que no es importante. No es simplemente cuestión de tener fuerza de voluntad para bajar de la cinta de correr, sino que además hay que crear una sociedad en la que la cinta de correr ni siquiera exista, valorando los conceptos de moderación y autocontrol.
En lo personal, dudo que al sistema le importe hacer esto, ya que vive del consumo y la manipulación del mismo, a través de vendernos cosas que no necesitamos.
La cuestión es cómo mantener la concentración en un mundo lleno de opciones y tentaciones. La competencia por nuestra atención es feroz y, al estar inundados por esa cantidad apabullante de información, a veces resulta difícil distinguir lo que es importante de lo que no. El descanso, aunque implique “perderse algo” resulta fundamental para una vida saludable.
Como especie, hemos creado una sociedad con un paisaje cultural, basado en invitaciones, estímulos, elecciones y ofertas especiales; sin embargo, es raro que practiquemos el arte del autocontrol, de decir no y optar por no participar, y estas son habilidades de las que carecemos como individuos y como sociedad y es imprescindible aprenderlas.