El cuerpo como máquina o como templo.

En esta sociedad, observo un enorme énfasis en superar barreras (algunas reales y otras inventadas) a través del esfuerzo denodado, sobre todo físico.

 

Aclaro, de entrada, que este comentario proviene de mi ser Proyectora, de mi escasa energía y ganas de hacer.  En esta sociedad, observo un enorme énfasis en superar barreras (algunas reales y otras inventadas) a través del esfuerzo denodado, sobre todo físico.

 

Veo personas (y me llama más la atención cuando son mujeres) llevando a su cuerpo a niveles dramáticos de lucha y desgaste, con deportes extremos o rutinas excesivas o vidas súper intensas.  Supongo que encuentran satisfacción en eso, pero me pregunto si la causa que los lleva a ello es interna o vendida por el mercado.

 

En general, los que hacen eso terminan con serios problemas de salud o físicos, porque no escuchan los límites que el cuerpo les está marcando, por medio del dolor o de síntomas tempranos.  Al contrario, les parece bien seguir adelante, como una muestra de su tenacidad y poderío.

 

Una de las razones detrás de esta situación es que se piensa al cuerpo como una máquina, “logro” producido luego de la era de industrialización.  Prefiero considerarlo un templo del Espíritu y vivir a través de él.

 

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