Continuando con el tema de la salud, ¿cómo no caer en extremos? Estamos en una dualidad, así que lo más fácil es polarizarse y volverse fundamentalistas de alguna tendencia.
Una parte de mi diseño es extremista (por lo que el equilibrio es mi escuela), pero otra más grande es mediadora, así que siempre tiendo a ver los pros y contras de todo, para poder conciliar.
Veo a los médicos como diagnosticadores. Básicamente, voy a hacerme estudios, y si tengo algo, a escuchar sus propuestas. Si estoy de acuerdo, las sigo y, si no, investigo por mi cuenta.
Hasta ahora, me ha servido, porque, con todas las enfermedades que he tenido, no tomo remedios, pero sí algunos suplementos que me ayudan mucho.
Por otro lado, soy increíblemente adaptable. Normalizo lo que sucede y sigo adelante. Esto tiene su parte buena y su parte mala (me acostumbro rápido a los medicamentos de cualquier clase y necesito más u otro).
¿Cuál sería entonces la solución? Creo que pasa por el cuerpo, fundamentalmente. Si lo escuchamos, si observamos sus señales, si tomamos conciencia cuando algo cambia, ya tendremos la información necesaria. El problema es que vivimos en la mente y el cuerpo pasa desapercibido.
Cuando ya se instaló el síntoma o la enfermedad, ayuda seguir (o comenzar) a comprender qué necesita, en todos los sentidos (física, psicológica o espiritualmente). Y, como comenté, abrirnos a que nuestro Ser nos guíe en la solución.
Basta poner el foco en lo que necesitamos, y Él (a través de Internet, charlas, un programa de televisión, cualquier cosa) nos lo va a traer. Solo estemos atentos y sucederá. Luego, obviamente, hay que hacerlo y ser perseverantes. Eso es el amor a uno mismo: cuidarnos.
¿Cómo es tu salud, de acuerdo a tu diseño?
