Desde hace bastante tiempo, estamos en sociedades que privilegian lo mental. Existimos porque pensamos. Como si el cuerpo fuera un elemento accesorio, inoportuno, menor.
Esta noción se está amplificando cada vez más, con lo digital y la Inteligencia Artificial. Prácticamente, somos un apéndice del celular, estimulados constantemente por un logaritmo que nos dirige con amabilidad.
El cuerpo, ese desconocido que molesta, está acallado por pastillas y dietas y actividades físicas de moda. Tiene que cumplir con los dictados de la mente.
La realidad es que la mente está siendo condicionada continuamente por la familia, en principio, y la sociedad siempre. Agreguémosle las vivencias y los traumas y tenemos cartón lleno: somos los demás.
Ninguno de nosotros podemos decir que tenemos una mente original y propia, pero sí que tenemos un cuerpo único. Y él está conectado a todo, monitoreando en tiempo real, enviándonos mensajes verdaderos, con miles de años de experiencia (no como la mente, que todavía no alcanzó su homeostasis).
Entonces, ¿por qué te pierdes esta maravillosa posibilidad, por qué te dejas llevar por “la loca de la casa”? Porque el sistema te puede manejar a través de la mente y está tratando de manejar tu cuerpo también. ¡Ama y vive tu cuerpo!