
Hace unos años, una amiga me muestra la foto de una mujer y me dice: “¿Qué te parece?”. Le contesto: “¿Quién es?” y se ríe: “¡Soy yo!”.

No la había reconocido. Tenía unos veinte kilos menos: “En ese momento, yo creía que estaba gorda y que era horrible. Me la pasaba criticándome y sintiéndome mal. Hoy, me veo y pienso en cuánto tiempo perdí en esas actitudes, y que podía haber aprovechado disfrutando la vida…

Estaba pensando que lo peor es que ahora hago lo mismo. No quiero estar dentro de treinta años dándome cuenta de que perdí más todavía”.

Y cambió. Fue hermoso observarlo y una gran lección para mí también. ¿En qué lo estás haciendo tú?