Los planes son del pasado: necesitas adaptabilidad.

Confiar es la opción.

Siempre, fui malísima para pensar proyectos muy elaborados, con metas A, B y C, detallistas, con fechas definidas.  También, para preparar presentaciones,  discursos, sesiones, para cualquier cosa que delimite lo que tengo que decir o hacer.  Eso apaga mi espontaneidad y me pone nerviosa por querer seguir el hilo.

Soy alguien plenamente adaptable, existencialista y de vivir en el presente.  Esto es lo que traigo, pero me llevó tiempo develarlo, porque nos enseñan lo contrario.  A contramano, sufría porque no era como los otros y me imponía hacer y seguir esos procedimientos minuciosos.  Hasta que hice mi Carta de Diseño Humano y caí que me debía realizar las cosas a mi manera.

Hay personas más estratégicas, más fijas,  que necesitan el apoyo y la seguridad de lo proyectado.  Son las que la están pasando mal desde hace un tiempo.  Como verás, estamos en un cambio constante.  No podemos planificar casi nada, porque aparece una pandemia, una guerra, una inundación, un accidente, lo que sea. 

La incertidumbre es la base de la existencia. 

Creímos que le habíamos ganado, en este mundo tecnológico y capitalista, pero volvió a mostrar su rostro imperturbable.  Debemos aprender a vivir con la incertidumbre, con lo que varía, con lo que no es como deseamos.  ¿Cómo?  Confiando, que es lo contrario de la seguridad.

Paradójicamente, cuanto más control ponemos, más difícil se vuelve transitar el camino.  El miedo nos hace llenarnos de protecciones para predecir lo que podría venir, para adivinar cada posible contingencia, cada problema futuro, cada reacción de las situaciones y personas.  Si eres de hacer esto, te habrás dado cuenta de que no pasa ni el 30% de todas tus muy completas cavilaciones y que no te preparaste para lo que sí sucedió.

Confiar es la opción.

No puedes manipular el afuera, pero puedes trabajar con tu interior.  Es necesario que te conozcas; que sepas tus dones y cualidades, tanto como tus desafíos y aprendizajes; que creas en tus capacidades, estudios, relaciones, experiencias, resiliencia, fortalezas; que te des cuenta de que el camino se abre cuando das el primer paso, ya que no está disponible a menos que lo recorras.

Entonces, no se trata de no tener  objetivos, sino de que tengan relación con lo que eres, con desarrollar los talentos que posees, con ganar dinero sin sacrificios, con encontrarte con personas con quienes disfrutes estar, con un feedback entre lo que enseñas y aprendes.  Puedes prever ciertas cosas, pero no deben ahogar tu presencia ni tu conexión.

Esto es un plan:

Tener claro quién eres, qué y cómo deseas vivir.  Es fundamental que confíes en que ya traes lo que necesitas y que aprenderás lo que no.  Y que estés  en el aquí y ahora, atento a lo que la Vida te presenta.  Tienes todo a tu alrededor, solo debes abrirte, verlo y tomarlo.  Al dejar el control de lado, al ser adaptable a lo que se despliega, podrás fluir con ello. 

No tiene que ser difícil, frustrante, estresante, luchando con la Vida para sacarle algo, como si Ella no fuera generosa e invitante, como si tuvieras que ser un guerrero mendigante, en lugar de un Alma poderosa.  Confía, déjate sostener por la Tierra e iluminar por la Luz.  Es una tarea individual.

Haz tu Carta de Diseño Humano: www.abrazarlavida.com.ar/diseno-humano

Sigue el Curso “Las ansiedades de la incertidumbre” en www.abrazarlavida.com.ar/cursos-sobre-miedos

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