
Una actitud común, tanto en terapia como en la vida, es contestar con un “Ya sé” ante cuestionamientos o desafíos, como si eso fuera una respuesta o una solución.

Darse cuenta de algo es solo el primer paso. Es como si anduviéramos por un camino y, de repente o por una labor interna, viésemos otro totalmente nuevo. El “Ya sé” es la toma de conciencia de que existe… pero hay que transitarlo.

Si nos quedamos en esa primera impresión, en lugar de ser una oportunidad, termina siendo una carga. Antes, no sabíamos, así que nos quedábamos en la inconciencia, en la lucha, en el esfuerzo, en el aguante, en el sufrimiento.

Ahora, sabemos; no andar por el camino supone un agobio, porque entendemos que está ahí, con la consiguiente culpa. Entonces, como en todo camino, comienza con un primer paso. Luego, vendrán los siguientes.