
Esta frase, exclamada en tono indignado, suele ser dicha para amonestar a quienes no parecen trabajar o no quieren hacerlo de las formas “normales”. Es el epítome del “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”.

O sea con esfuerzo, lucha, poniendo el cuerpo hasta el agotamiento. No estoy irrespetando esta clase de labor (yo no podría hacer ni la cuarta parte), sino que estoy poniendo atención a la FORMA en que lo romantizamos, cuando nadie debería pasar por eso.

Todos ponemos el cuerpo, aunque estemos sentados horas. Y todos tenemos las consecuencias de cualquiera de ellos. Hay enfermedades físicas y mentales al igual que problemas económicos y familiares asociados a las distintas maneras.

El trabajo será un gran desafío en el futuro. Está cambiando drásticamente y reflexionar acerca del nuestro sería recomendable, porque nada permanecerá como está…