La vida tiene ritmo. Todo tiene ritmo. Viviendo en una sociedad alejada de la Naturaleza y exitista, inconscientemente deseamos manejarnos como en las gráficas de las empresas triunfantes: siempre para arriba.
La verdad es que eso está muy lejos de la realidad y que nos peleamos mucho con los altos y bajos (sobre todo si fluctuamos con la Ola Emocional) y con las idas y vueltas. Las estaciones nos brindan la posibilidad de comprender los nacimientos, los apogeos, las caídas y los recogimientos de cada ciclo pero, en las ciudades y con luz artificial disponible continuamente, nos perdemos los recordatorios.
Así que observa: las relaciones con las personas, los períodos laborales, la salud, el ánimo, las ganas, los aprendizajes, los resultados, cualquier cosa tiene un patrón de ola, de respiración, se contrae y se expande, sube y baja, nada permanece constante. Comprender esto es aceptar esos flujos, apreciarlos en sus posibilidades (las retracciones te permiten descansar, liberar lo viejo, proyectar lo nuevo, prepararte) y disfrutar el proceso, sin resistirte ni enojarte.