Claves para cerrar etapas y comenzar un nuevo ciclo

Aprender a no temer los cambios y hacernos las preguntas correctas facilitan los cambios y oportunidades.

¿Por qué  hemos aprendido a temer los cambios?  Desde que nacimos y mientras fuimos niños, todo mutaba sin parar, era aprendizaje continuo, aventuras sin fin, descubrimientos excitantes.  A medida que fuimos condicionados por nuestra familia y la sociedad, asociamos crecimiento a cargas, cambios a problemas y evolución a peligro.  Nos aferramos al status quo, a que las cosas se queden como están, aunque estén mal.

Aun cuando deseemos fervientemente que algo finalice, igual nuestra mente nos llena de advertencias acerca de lo que puede llegar y se sujeta a lo bueno de lo que tenemos.  Es muy visible en las separaciones: una consultante lloraba el alejamiento de su pareja aun comprendiendo que esa su mejor opción, ya que la había pasado muy mal en la relación; cuando le pedí que me contara qué era lo tan maravilloso de él, resultó que no tenía más que algunos viajes.  En realidad, temía su nueva vida de soltera y prefería el sufrimiento de lo conocido a lo valioso por conocer.

Ese es un enfoque positivo que podemos realizar: creer que lo que viene es mejor que lo que dejamos.  Y debería ser así porque la Vida es evolución.  ¿Qué puede impedirlo?  Que no hayamos aprendido de las equivocaciones.  Aquí también tenemos un enfoque desafortunado: nos avergonzamos y ocultamos los errores cuando ellos son el motor del aprendizaje.  Como Humanidad, vivimos a través de “prueba y error”, así que normalizarlos y tomarlos como puntos de inflexión que nos advierten el mejor camino para nosotros es fundamental.  Además, ellos nos permiten fortalecernos y adquirir constancia, comprensión, paciencia, compasión.

Entonces, ¿cómo cerrar una etapa correctamente?  En principio, tomando conciencia de lo que hemos obtenido y aprendido, de lo positivo que ella significó en nuestra vida.  Luego, dándonos cuenta de lo que todavía nos queda pendiente e implementando su elaboración, a fin de no repetir lo mismo en lo nuevo.  Algunas preguntas útiles que puedes hacerte son:

  • ¿En qué contribuí, cuáles fueron mis aportes, de qué me siento orgulloso?
  • ¿Qué aprendí, cuáles errores puedo identificar y cómo podría corregirlos?
  • De lo que me propuse y no conseguí, ¿qué continúa siendo importante y qué ya no tiene valor para mí?
  • ¿Cuáles actitudes me ayudan y cuáles me perjudican?
  • ¿Qué personas me nutren y quiénes me menoscaban?
  • ¿Cómo quiero que sea lo nuevo? Sea una relación, un trabajo, un estudio, un estado, sé lo más específico que puedas. En realidad, no importa demasiado si cumples tus metas o no (que casi siempre son del Ego, tu Ser tiene mejores planes) sino que te vayas conociendo, que refines tu capacidad de ser un creador responsable.
  • ¿Qué debo cambiar para lograrlo, sabiendo que mi vibración atrae lo similar?

 

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Finalmente, no hay nada mejor que el agradecimiento.  Es un portal que permite la concreción de lo que deseamos a través de mostrarle al Universo que apreciamos nuestra vida y valoramos cada cosa en ella.  La gratitud eleva nuestra vibración, expande nuestro corazón, multiplica lo que tenemos y atrae lo que somos.  ¿Qué puedes agradecer?

  • Despierta a la mañana y haz una simple oración de gratitud por estar vivo y disfrutar un nuevo día con lo que traerá; acuéstate a la noche y reconoce lo bueno que ha sucedido, más la reflexión de algún aprendizaje que obtuviste.
  • Cualquier situación beneficiosa (sin importar lo pequeña o grande que sea).
  • Cada cosa que te acerca a un objetivo, sea “buena” o “mala”, todo sirve.
  • Respirar, caminar, los sentidos, la comida, el techo, el trabajo, la familia, los amigos, el sol, la lluvia, la Tierra, sé consciente de las bendiciones que tienes (no esperes a perderlas para estimarlas).

 

Como comenté antes, este es un nuevo ciclo y honrar lo que ha traído el anterior hace que iniciemos con la mejor disposición.  ¿Qué estás aprendiendo?

  • A dejar de identificarte con el Ego y tomarlo como un servidor.
  • A integrar todas sus facetas (sus luces y sombras, sus cualidades y defectos) como formas de explorar en la dualidad.
  • A aceptar las desilusiones y limitaciones como maneras de encarnar en el aquí y ahora, en lugar de fantasear con la mente.
  • A vislumbrar que el verdadero camino pasa por el corazón, por ser quien eres, por la guía de tu Ser.
  • A finalmente comenzar a reconocer que eres un Ser espiritual transitando una experiencia humana.

 

Probablemente nos lleve muchos otros ciclos verdaderamente vivirlo pero… ¿no es ese un precioso objetivo para proponernos?  Es el mío y, como siempre, aquí estoy para ayudarte.  ¡Que tengas el más maravilloso 2017 que tu Alma te proponga y que lo aceptes y disfrutes con gracia, amor, serenidad y alegría!

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