Duelando la cultura.

El lunes, escribí acerca de la necesidad de hacer duelos de sueños, expectativas, planes, viejas ideas o emociones, partes de uno, etc. Uno de los que estoy haciendo desde hace tiempo es con la cultura.

Por mi edad, por estar en el final del enciclopedismo y porque era una rata de biblioteca ensimismada, leí los clásicos, desvencijé el diccionario, escuché toda clase de música, vi muchísimo cine, fui a museos, etc. También, comí alimentos hechos por mi madre (exquisitos y de países distintos), me aventuré en la naturaleza, hice un hábito el pensar por mí misma.

Desde hace años, la debacle ha sido monumental. La supuesta masividad de la cultura solo ha servido para rebajar el nivel y ser más manipulables, bajo pretensión de autenticidad e individualidad. Nada más alejado… Ahora, se persigue “ser famoso” a través de realitys dudosos, ser influencer, estar en Only Fans, etc. Escuchando algunos chicos que se creen muy libres y originales, me doy cuenta de que tienen la cabeza más hecha que la mía a su edad.

No hay expresión cultural que haya sobrevivido a esta degradación y manejo. Una en la que es muy notoria es el lenguaje: está de moda no poner puntos y comas, tener horrores ortográficos, escribir mal las letras, desconocer la sintaxis, opinar sobre cualquier cosa, ser agresivo. Una excusa común es: “Si igual se entiende…”.

No, no se entiende. En principio, no es lo mismo: “No, voy” que “No voy”. Tampoco se comprende esa especie de vómito que se quiere presentar como relato, idea, declaración o lo que sea: una larga parrafada sin signos de puntuación, sin criterio, sin orden. Eso solo muestra la falta de coherencia del que escribe, ya que ni él mismo puede expresar lo que piensa… si piensa…

Mencioné lo de la alimentación y la naturaleza porque esas son otras formas de cómo se pervierte y enferma a través de la comida, la medicina, las actividades deportivas, la sexualidad, el encierro, las redes sociales, la falta de luz y relación con la vida misma. Casi todo lo que se vende como “lo último” o que se pone de moda es malsano.

No estoy abogando por volver a las cavernas o deplorar la cultura toda, porque hay jóvenes llenos de talento, belleza, inteligencia, pero no tengo mucha esperanza de que tome un rumbo mejor, ya que el sistema busca la degradación para manejar más fácilmente. Justo todos buscamos lo fácil para “descansar” del estrés cotidiano: las exigencias económicas están creadas para pasarnos la vida haciendo, trabajando, preocupados, temerosos, sin pensar ni conectar con nosotros mismos.

Quizás, esto es solo una queja de vieja… No creo que los tiempos de antes sean mejores ni que yo la pasara mejor, soy muy del aquí y ahora; es que es imposible no darse cuenta de la pobreza cultural que nos venden. Ojalá los jóvenes tomen sus habilidades y la Inteligencia Artificial para crear lo nuevo, con belleza y sabiduría, y que disfruten sus vidas con tiempo y libertad.