¡Esta no soy yo!

La comida como veneno.

Hace un tiempo, me sentía muy mal. Nunca he tenido buena salud y he pasado por toda clase de enfermedades, de las cuales he aprendido bastante y, por ello, no han dejado grandes huellas.

👍

Desde muy joven, desconfié de los médicos. Escuchando al cuerpo y a mi Ser, difería de sus diagnósticos y remedios y encontraba mejores soluciones, salvándome de operaciones “urgentes” y medicamentos “imprescindibles”. Pero, hace unos años, me estaba apagando, no tenía energía (lo cual, en mi caso, es nada de verdad), me invadía una niebla mental, me sentía desganada, aparecían distintos síntomas y enfermedades que iban y venían, todo era muy raro. Los médicos me tiraban pronósticos tentativos, porque tampoco la pegaban.

🥺

Entonces, me harté y pedí ayuda. Mi Ser puso en el camino cierta información y decidí llevarla a la práctica. Ya la conocía, pero no estaba en mi radar. Dejé de comer carbohidratos, azúcares, industrializados; tomé aceite de orégano, de coco, de oliva, ghee, magnesio, potasio; fui por el lado de las proteínas, las legumbres y las verduras; encontré sustancias naturales que me ayudaron mucho.

Bajé diez kilos, me desinflamé, la energía volvió y mi cabeza se aclaró. Regresé mejor que antes. Esa no era yo, era un títere de lo que consumía. Ahí comprendí la real importancia de mi microbiota, con la que siempre había tenido problemas. Al bajar la Cándida y darle una buena alimentación, me sentí en mi mejor versión.

✨

Esta semana, hablaba con una paciente (que está haciendo este proceso también) acerca de su madre, que tiene serios temas psiquiátricos. Llegamos a la conclusión que muchos de sus ataques tienen relación con la enorme cantidad de azúcares que ingiere. Es obvio que la alimentación no provocó su enfermedad, pero ciertamente la refuerza.

🤦‍♀️

Es hora de darnos cuenta de que el sistema ayuda a enfermar, no a sanar. La alimentación, la medicina, las redes sociales, la falta de sueño, el trabajo estresante, entre otras cosas, promueven o potencian enfermedades tanto físicas como mentales. No podemos someternos mansamente, debemos tomar conciencia de cómo nos nutrimos (en el amplio sentido de la palabra) y decidir cómo queremos vivir, no subsistir.

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